Todos sabemos lo estresantes y frenéticas pueden resultar las mañanas, sobre todo si tenemos a toda una familia a nuestro cargo. Sin embargo no tiene por qué ser así.
Toma las riendas de tu tiempo agilizando tu rutina de cuidados y ganando gracias así unos valiosísimos minutos de sueño. Deja todo lo que puedas listo la noche anterior y deja solo lo imprescindible para la mañana siguiente. Agradecerás mucho todo lo que tengas adelantado, como haberte lavado el pelo la noche antes o haber dejado lista la ropa y el bolso para ir a trabajar.
El secreto está en organizar bien tu tiempo y ceñirte a un horario. Controla el tiempo que pasas bajo esa ducha calentita, que no se te vaya el santo al cielo mientras desayunas y sal de casa con tiempo suficiente. Si te distribuyes el tiempo de una forma más racional ya verás cómo ganas tranquilidad por las mañanas.